China y EE.UU. se acusan mutuamente de violar el acuerdo comercial: ¿Vuelve la guerra arancelaria?

¿Qué pasó con la tregua comercial entre China y EE.UU.?
¿Alguna vez has sentido que un acuerdo histórico se desmorona en cuestión de días? Eso es justo lo que está ocurriendo entre China y Estados Unidos. Tras la tan anunciada tregua arancelaria de Ginebra en mayo, donde ambos países acordaron suspender los aranceles más altos durante 90 días, la paz ha durado poco. El 2 de junio, el presidente Trump acusó públicamente a China de violar el acuerdo, mientras que Pekín respondió que, en realidad, es Washington quien está incumpliendo los compromisos.
La atmósfera se ha vuelto tensa y llena de incertidumbre. Las acusaciones cruzadas giran en torno a la exportación de tierras raras, los controles sobre chips de inteligencia artificial y la restricción de visados para estudiantes chinos.
El acuerdo de Ginebra: ¿qué se prometió realmente?

Retrocedamos un poco. En mayo, tras meses de escalada arancelaria (con tasas de hasta el 145% en algunos productos chinos y 125% en bienes estadounidenses), ambos países pactaron en Ginebra una suspensión temporal de los aranceles más duros: EE.UU. los bajaría al 30% y China al 10%. También se comprometieron a relajar barreras no arancelarias y a mantener el flujo de materiales críticos como las tierras raras.
Sin embargo, muchos analistas advirtieron que el acuerdo era frágil y dejaba fuera temas de fondo, como la protección de la propiedad intelectual y el acceso a tecnología avanzada. Aun así, los mercados celebraron el respiro temporal.
Trump acusa: China no cumple con su parte
A finales de mayo, la narrativa cambió radicalmente. Trump, fiel a su estilo directo, denunció en redes sociales y medios estadounidenses que China había 'violado totalmente' el acuerdo. Según la Casa Blanca, Pekín retrasó la exportación de tierras raras y no eliminó barreras no arancelarias como se había comprometido. Como respuesta, Washington anunció la duplicación de aranceles al acero y aluminio chinos al 50% a partir del 4 de junio.
Funcionarios estadounidenses también señalaron la falta de avances en las negociaciones y advirtieron que solo una intervención directa de Trump y Xi Jinping podría evitar una nueva escalada. Las empresas estadounidenses, mientras tanto, se muestran preocupadas por el futuro de la tregua.
China responde: EE.UU. es el verdadero infractor
Pekín no tardó en contraatacar. El Ministerio de Comercio de China aseguró que ha cumplido rigurosamente el consenso de Ginebra y acusó a EE.UU. de socavar el acuerdo con nuevas restricciones y controles de exportación. Entre las quejas chinas destacan las limitaciones a la exportación de chips de IA, la suspensión de ventas de software de diseño de chips y la revocación de visados para estudiantes chinos.
China considera que estas medidas son discriminatorias y contrarias al espíritu del acuerdo. Además, advirtió que tomará 'medidas enérgicas' si Washington continúa dañando sus intereses. El tono de las declaraciones muestra que la rivalidad está lejos de calmarse.
¿Por qué son tan importantes las tierras raras, los chips y los visados?
Quizás te preguntes, ¿por qué estos temas generan tanto conflicto? Las tierras raras son esenciales para la fabricación de productos tecnológicos y militares, y China controla la mayor parte de la oferta mundial. EE.UU. quiere asegurar su acceso, mientras que Pekín lo usa como carta de negociación.
En cuanto a los chips de IA, representan la nueva frontera tecnológica. Washington busca limitar el acceso chino a los semiconductores más avanzados, alegando motivos de seguridad nacional. Por otro lado, los visados para estudiantes afectan directamente los lazos culturales y científicos, y su restricción es vista en China como una afrenta directa.
Reacción de los mercados: volatilidad y cautela
¿Cómo han reaccionado los mercados ante esta nueva ola de tensiones? Tras el anuncio del acuerdo de Ginebra, las bolsas vivieron un breve repunte. Sin embargo, las recientes acusaciones han devuelto la volatilidad. Las acciones de acero y aluminio en EE.UU. subieron por los nuevos aranceles, mientras que las tecnológicas y manufactureras cayeron ante el temor de interrupciones en la cadena de suministro.
El yuan se debilitó ligeramente frente al dólar y muchos inversores prefieren esperar a ver si los líderes logran salvar la tregua o si se avecina otra ronda de guerra comercial.
Contexto político y cultural: mucho más que economía
No se trata solo de números y mercancías. La disputa comercial refleja profundas diferencias culturales y políticas. En EE.UU., la mano dura de Trump con China es popular entre quienes se sienten perjudicados por la globalización. En China, el gobierno presenta el conflicto como una defensa de la soberanía y el desarrollo tecnológico nacional.
Ambos gobiernos juegan para sus audiencias internas, lo que dificulta el compromiso. La desconfianza mutua y la rivalidad tecnológica hacen que cualquier desacuerdo pueda escalar rápidamente. Para los inversores globales, entender este trasfondo es clave para anticipar el rumbo de los mercados.
¿Qué podemos esperar? Incertidumbre en los próximos 90 días
¿Y ahora qué? Aunque ambos países dicen estar abiertos al diálogo, la confianza está en mínimos y las amenazas de represalias son cada vez más explícitas. La tregua de 90 días pende de un hilo y, si no se resuelven los desacuerdos sobre tierras raras, tecnología y reglas comerciales, podríamos ver una nueva escalada.
Empresas, inversores y ciudadanos de todo el mundo observan con preocupación. ¿Has vivido antes una disputa comercial tan intensa? ¿Qué crees que hará falta para que China y EE.UU. vuelvan a encontrar un terreno común?
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