¿Ginebra o Estambul? La batalla diplomática por la segunda ronda de negociaciones entre Rusia y Ucrania

May 28, 2025
Política Internacional
¿Ginebra o Estambul? La batalla diplomática por la segunda ronda de negociaciones entre Rusia y Ucrania

La encrucijada diplomática: ¿Dónde se decidirá el futuro de la guerra?

¿Sabían que en estos momentos se está librando una batalla diplomática tan intensa como la militar? Mientras los tanques siguen rodando por el frente ucraniano, los diplomáticos de Washington, Kiev y Moscú están jugando una partida de ajedrez geopolítico para decidir dónde tendrán lugar las próximas conversaciones de paz. Y créanme, la elección del lugar no es casualidad.

El enviado especial estadounidense para Ucrania, Keith Kellogg, anunció el martes que Estados Unidos está apostando fuerte por Ginebra como sede para la segunda ronda de negociaciones entre Rusia y Ucrania. Pero aquí viene lo interesante: Rusia no está para nada de acuerdo. Moscú, a través de su ministro de Relaciones Exteriores Serguéi Lavrov, propuso el miércoles que las conversaciones se celebren el 2 de junio en Estambul, la misma ciudad donde tuvieron lugar las primeras conversaciones directas en tres años el pasado 16 de mayo.

¿Por qué esta diferencia de criterios? Bueno, cada potencia tiene sus razones estratégicas. Estados Unidos ve en Ginebra un territorio más neutral, una ciudad con tradición diplomática donde históricamente se han celebrado importantes cumbres internacionales. Para Washington, Ginebra representa un escenario donde pueden ejercer mayor influencia occidental y donde las reglas del juego diplomático están más establecidas.

Trump entra en escena: presión máxima sobre Putin

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¿Se imaginan la presión que debe estar sintiendo Vladimir Putin en estos momentos? El presidente estadounidense Donald Trump no se ha guardado nada y ha lanzado críticas devastadoras contra el líder ruso. Trump calificó a Putin de completamente loco tras los recientes ataques rusos intensificados sobre Kiev y otras ciudades ucranianas.

Estoy muy decepcionado. Muy, muy decepcionado, reconoció Trump públicamente, añadiendo una amenaza velada: Vamos a averiguar si Putin nos está siguiendo o no, y si lo hace, responderemos de forma ligeramente diferente. Estas palabras han resonado como un eco en los pasillos del Kremlin y han acelerado la propuesta rusa de una nueva ronda de negociaciones.

La estrategia de Trump parece clara: presionar públicamente a Putin mientras mantiene canales diplomáticos abiertos a través de su enviado Keith Kellogg. Es una táctica de zanahoria y palo que busca forzar a Rusia a mostrar gestos concretos de buena voluntad. Y funcionó, al menos parcialmente, porque Moscú respondió rápidamente con la propuesta de Estambul para el 2 de junio.

El rechazo ruso al Vaticano: una decisión que habla volúmenes

Aquí hay un detalle fascinante que muchos han pasado por alto. Kellogg reveló en Fox News que Estados Unidos había propuesto inicialmente el Vaticano como sede para las negociaciones. Nos hubiera gustado tenerla en el Vaticano. Estábamos bastante dispuestos a hacer algo así, pero los rusos no querían ir allí, explicó el enviado estadounidense.

¿Por qué Rusia rechazó el Vaticano? La respuesta nos dice mucho sobre la mentalidad del Kremlin. El Vaticano, con el Papa como mediador, habría dado a las conversaciones un carácter moral y ético que Moscú prefiere evitar. Putin sabe que en el Vaticano, las discusiones inevitablemente se centrarían en temas de derechos humanos, crímenes de guerra y justicia internacional, terrenos donde Rusia se encuentra en clara desventaja.

Además, el simbolismo religioso del Vaticano podría haber complicado la narrativa rusa interna. Putin ha construido su legitimidad en parte sobre la defensa de los valores ortodoxos rusos, y negociar bajo la sombra del Papa católico habría enviado señales confusas a su base de apoyo doméstica.

Estambul vs Ginebra: dos visiones del mundo en conflicto

La preferencia rusa por Estambul no es casual. Turquía ha mantenido una posición relativamente neutral en el conflicto, manteniendo relaciones tanto con Rusia como con Ucrania y la OTAN. Para Moscú, Estambul representa un terreno más equilibrado donde Erdogan puede actuar como mediador sin la carga histórica occidental que tiene Ginebra.

Ginebra, por el contrario, es la capital mundial de la diplomacia occidental. Es donde se firmaron las Convenciones de Ginebra, donde tienen sede múltiples organizaciones internacionales dominadas por Occidente. Para Estados Unidos y sus aliados europeos, Ginebra ofrece un marco institucional más favorable y un entorno donde las normas internacionales occidentales tienen mayor peso.

Vladimir Medinski, quien lideró la delegación rusa en las conversaciones del 16 de mayo en Estambul, ya está preparado para regresar a la ciudad turca. Lavrov anunció que la delegación rusa ha preparado de manera operativa el correspondiente memorándum que expone nuestra postura sobre todos los aspectos para superar de manera fiable las causas originales de la crisis.

Las hojas de condiciones: el juego de cartas sobre la mesa

¿Saben qué es lo más interesante de todo este proceso? Que por primera vez en mucho tiempo, ambas partes están poniendo sus cartas sobre la mesa de manera relativamente transparente. Kellogg reveló que Washington ha recibido una hoja de condiciones por parte de Ucrania y está esperando que Moscú remita la suya propia.

El objetivo es comparar ambas propuestas y establecer un marco común para avanzar hacia la paz, explicó el enviado estadounidense. Esto marca un cambio significativo en la dinámica de las negociaciones. Anteriormente, las posiciones se filtraban a través de declaraciones públicas y maniobras mediáticas. Ahora, hay un intercambio formal de documentos que establece las bases para negociaciones serias.

Sin embargo, las posturas oficiales de ambos lados siguen siendo difíciles de reconciliar. Rusia exige que Kiev renuncie de forma definitiva a unirse a la OTAN y le ceda las cinco regiones cuya anexión reclama, condiciones que Ucrania considera completamente inaceptables. Por su parte, Ucrania mantiene su demanda de retirada completa de las fuerzas rusas de todo su territorio reconocido internacionalmente.

El intercambio de prisioneros: una luz de esperanza en medio de la tormenta

Aunque las negociaciones del 16 de mayo en Estambul no lograron avances significativos hacia un alto el fuego, sí produjeron un resultado concreto y humanitario: el mayor intercambio de prisioneros desde el inicio de la invasión rusa. Rusia y Ucrania entregaron a 390 soldados y civiles cada uno, un total de 780 personas que pudieron regresar a casa.

Este intercambio, completado el fin de semana pasado, demuestra que incluso en medio del conflicto más intenso, hay espacio para gestos humanitarios que pueden construir confianza mutua. Para las familias de estos prisioneros, este acuerdo representó un milagro. Para los diplomáticos, fue la prueba de que las conversaciones directas pueden producir resultados tangibles.

El éxito de este intercambio ha sido uno de los factores que ha motivado tanto a Rusia como a Ucrania a considerar seriamente una segunda ronda de negociaciones. Si pudieron ponerse de acuerdo en algo tan complejo como el intercambio de prisioneros, tal vez puedan avanzar en temas más amplios de cese al fuego y eventual resolución del conflicto.

El factor tiempo: la urgencia de actuar antes de que sea demasiado tarde

¿Sienten esa sensación de urgencia en el aire? Porque yo sí la percibo claramente. La intensificación de los ataques rusos sobre Kiev y otras ciudades ucranianas en los días posteriores a las conversaciones de Estambul ha creado una ventana de oportunidad que podría cerrarse rápidamente si no se actúa con decisión.

La respuesta ucraniana con drones y los redoblados llamamientos del presidente Volodímir Zelensky para intensificar las sanciones contra Moscú muestran que la escalada militar continúa paralelamente a los esfuerzos diplomáticos. Esta dualidad guerra-diplomacia es típica de los conflictos modernos, pero también hace que las negociaciones sean extremadamente frágiles.

Trump ha expresado su disposición para mediar en las negociaciones, pero su paciencia tiene límites. Las declaraciones del presidente estadounidense sugieren que está preparado para cambiar su enfoque si no ve resultados concretos pronto. Esto añade presión adicional tanto a Moscú como a Kiev para mostrar flexibilidad en las próximas conversaciones, ya sea en Ginebra o en Estambul.

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