Trump declara: 'Estamos muy cerca' de un acuerdo nuclear con Irán - Teherán 'ha aceptado en cierto modo' los términos

El avance diplomático: EE.UU. e Irán al borde de un acuerdo nuclear
En un importante desarrollo diplomático, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el jueves 15 de mayo de 2025 que Washington está muy cerca de alcanzar un acuerdo nuclear con Irán, afirmando que Teherán ha aceptado en cierto modo los términos propuestos. Este anuncio llega después de cuatro rondas de negociaciones de alto nivel entre ambos países, mediadas principalmente por Omán, y representa el progreso más sustancial en la diplomacia nuclear entre EE.UU. e Irán desde que Estados Unidos se retiró del anterior acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA) en 2018.
Hablando durante su gira por Medio Oriente en Qatar, Trump expresó optimismo sobre evitar un conflicto militar, declarando: No vamos a generar polvo nuclear en Irán. Creo que nos estamos acercando tal vez a hacer un trato, sin tener que hacer eso. El presidente añadió: Estamos en negociaciones muy serias con Irán para una paz a largo plazo, y si lo hacemos, será fantástico.
Este potencial avance sigue a la cuarta ronda de negociaciones celebrada en Omán el domingo, donde el enviado especial de EE.UU. para Medio Oriente, Steve Witkoff, presentó una propuesta escrita al ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi, siendo la primera vez que se presenta un documento formal a Teherán desde que comenzaron las conversaciones a principios de abril. Según informes, Araghchi llevó la propuesta de vuelta a Irán para consultas con el Líder Supremo Ali Jamenei y otros altos funcionarios.
El camino hacia las negociaciones: Cómo llegamos hasta aquí
Las actuales negociaciones representan un cambio dramático después de años de tensiones crecientes. En 2018, la administración Trump se retiró del Acuerdo Integral Conjunto de Acción (JCPOA) de 2015, con Trump declarando en ese momento que el corazón del acuerdo con Irán era una gran ficción: que un régimen asesino deseaba solo un programa de energía nuclear pacífico.
A principios de 2025, informes de inteligencia indicaban que Irán estaba más cerca que nunca de desarrollar armas nucleares, con el país escalando sus actividades de enriquecimiento de uranio al 60% de pureza, muy por encima del 3,67% permitido bajo el JCPOA y mucho más allá de lo considerado necesario para fines civiles. El Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional informó que Irán podría enriquecer suficiente uranio para una bomba nuclear en solo una semana y acumular suficiente para siete bombas en un mes.
Ante esta alarmante situación, Trump envió una carta al Líder Supremo Ali Jamenei en marzo de 2025, proponiendo nuevas conversaciones nucleares. Aunque Jamenei inicialmente rechazó la oferta, los canales diplomáticos permanecieron abiertos, lo que llevó a la primera ronda de conversaciones indirectas en Omán el 12 de abril de 2025. Estas discusiones, lideradas por el enviado especial de EE.UU. Steve Witkoff y el ministro de Asuntos Exteriores iraní Abbas Araghchi, fueron descritas como constructivas a pesar de que las delegaciones se reunieron en salas separadas con mensajes transmitidos a través de mediadores omaníes.

Cuestiones clave en juego en las negociaciones
Las actuales negociaciones se centran en varios temas críticos que han resultado difíciles de resolver:
1. Enriquecimiento de uranio: Quizás el tema más controvertido es si a Irán se le permitirá continuar enriqueciendo uranio en su propio territorio. Irán ha declarado repetidamente que el enriquecimiento es un derecho no negociable, calificándolo como una línea roja definitiva. La administración Trump ha enviado mensajes contradictorios sobre este punto, con Trump mismo pidiendo el desmantelamiento completo del programa nuclear de Irán, mientras que otros funcionarios han sugerido que Irán podría conservar capacidades limitadas de enriquecimiento para fines civiles.
2. Reservas nucleares existentes: Otro punto importante de desacuerdo involucra la reserva existente de uranio altamente enriquecido de Irán. Mientras Irán pretende retener su uranio enriquecido dentro de sus fronteras, EE.UU. insiste en transferirlo a un tercer país. Un alto asesor de Jamenei indicó que Irán está preparado para renunciar a sus reservas de uranio altamente enriquecido a cambio del levantamiento de todas las sanciones.
3. Alivio de sanciones: Irán busca un alivio de sanciones inmediato y completo, incluyendo acceso a activos financieros congelados en Estados Unidos y autorización para exportar su petróleo. La posición de EE.UU. sobre el momento y alcance del alivio de sanciones sigue sin estar clara.
4. Mecanismos de verificación: Establecer protocolos efectivos para verificar que Irán no está trabajando en la fabricación de armas nucleares presenta otro desafío. El anterior JCPOA incluía disposiciones para inspecciones internacionales, pero los detalles específicos de verificación en cualquier nuevo acuerdo aún están por determinarse.
La perspectiva estadounidense: Equilibrando diplomacia y presión
La administración Trump ha mantenido un enfoque de doble vía durante las negociaciones, combinando acercamiento diplomático con presión económica continua y la amenaza implícita de acción militar. Durante su gira por Medio Oriente, Trump enfatizó que hay dos caminos para resolver el tema nuclear iraní: uno es una ruta muy favorable, y el otro es más agresivo, pero prefiero evitar este último.
Trump ha dejado claro que la oferta actual tiene fecha de caducidad, afirmando: Esta no es una oferta que durará para siempre. El momento es ahora para que elijan. Esta urgencia refleja preocupaciones sobre las crecientes capacidades nucleares de Irán y el potencial de inestabilidad regional si no se alcanza un acuerdo.
Dentro de EE.UU., la opinión pública sobre un acuerdo nuclear con Irán muestra divisiones partidistas significativas. Según una reciente encuesta del Chicago Council on Global Affairs-Ipsos, el 61% de los estadounidenses apoya la participación de EE.UU. en un acuerdo que levante algunas sanciones económicas internacionales contra Irán a cambio de límites estrictos a su programa nuclear. Sin embargo, mientras el 78% de los demócratas y el 62% de los independientes apoyan tal acuerdo, solo el 40% de los republicanos están a favor.
El equipo negociador de la administración, liderado por el enviado especial Steve Witkoff, ha descrito su propuesta a Irán como elegante y muy grande, aunque los detalles específicos siguen siendo confidenciales. Witkoff informó al Consejo de Seguridad de la ONU el miércoles pasado sobre la propuesta estadounidense, indicando que aunque se ha avanzado, se necesita más trabajo.

La perspectiva iraní: Buscando garantías y respeto
Desde la perspectiva de Irán, las negociaciones representan una oportunidad para lograr el alivio de sanciones mientras preservan lo que consideran su legítimo derecho a un programa nuclear pacífico. Los funcionarios iraníes han enfatizado consistentemente que aunque el país posee la capacidad técnica para desarrollar armas nucleares, mantienen que su programa es únicamente para fines pacíficos.
El enfoque de Irán hacia las negociaciones ha sido moldeado por una profunda desconfianza hacia Estados Unidos, particularmente después de la retirada estadounidense del JCPOA en 2015. Una preocupación clave para Teherán es obtener garantías para protegerse en caso de que EE.UU. se retire o viole cualquier nuevo acuerdo.
En marzo, el presidente iraní Masoud Pezeshkian respondió duramente a la caracterización de Irán por parte de Trump, declarando: Trump cree que puede imponer sanciones e intimidarnos mientras habla de derechos humanos. Todos los crímenes y la agitación regional provienen de sus acciones (Estados Unidos). Añadió: Su objetivo es incitar disturbios dentro de Irán.
A pesar de esta retórica, Irán ha continuado participando en el proceso de negociación. Según informes, durante las conversaciones en Omán, Irán propuso un plan de tres pasos:
1. Irán acordaría reducir temporalmente su enriquecimiento de uranio al 3,67% a cambio de acceso a activos financieros congelados y autorización para exportar su petróleo.
2. Irán detendría permanentemente el enriquecimiento de uranio de alto nivel, restauraría las inspecciones por parte del organismo de vigilancia nuclear de la ONU y se comprometería a implementar el Protocolo Adicional, permitiendo inspecciones sorpresa en sitios no declarados si Estados Unidos levanta más sanciones.
3. El paso final involucraría la aprobación del acuerdo nuclear por parte del Congreso estadounidense y Washington levantando tanto las sanciones primarias como secundarias.
Reacciones internacionales e implicaciones regionales
Las negociaciones en curso han atraído una atención significativa de la comunidad internacional, con varios actores expresando apoyo a una solución diplomática mientras enfatizan sus propias prioridades.
Reino Unido, Alemania y Francia han respaldado las conversaciones y declarado que nunca se debe permitir que Irán desarrolle un arma nuclear. En mayo de 2025, el Secretario de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, señaló que cualquier nuevo acuerdo debe incluir que Irán no tenga un arma nuclear, revierta su enriquecimiento y otras actividades de escalada, e implemente medidas verificables.
A diferencia de la situación en 2015 y 2018, los estados árabes del Golfo están ahora más unidos y apoyan un acuerdo con Irán. Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, que han experimentado tensiones con Irán por su influencia regional y apoyo a grupos como los hutíes en Yemen, están buscando contener y comprometerse con Irán a través de medios diplomáticos.
Israel, que ha considerado durante mucho tiempo el programa nuclear de Irán como una amenaza existencial, supuestamente tenía la intención de atacar las instalaciones nucleares iraníes pero fue persuadido por los estadounidenses para dar una oportunidad al actual esfuerzo de negociación. Los funcionarios israelíes han dejado claro que cualquier acuerdo debe abordar no solo el programa nuclear de Irán sino también sus capacidades de misiles y apoyo a grupos terroristas, cuestiones que Irán ha descrito como líneas rojas no abiertas a discusión.
Desafíos y perspectivas para un acuerdo final
A pesar del optimismo expresado por el presidente Trump, siguen existiendo desafíos significativos antes de que se pueda alcanzar un acuerdo final. La brecha entre la insistencia de Irán en mantener capacidades de enriquecimiento de uranio y la demanda estadounidense de limitaciones estrictas presenta un obstáculo fundamental. Además, la cuestión de cómo manejar la reserva existente de uranio altamente enriquecido de Irán sigue sin resolverse.
El cronograma para alcanzar un acuerdo también es incierto. Mientras que el enviado especial de Trump, Witkoff, supuestamente pretende finalizar el acuerdo en 60 días, la complejidad de los temas y la profunda desconfianza entre las partes sugieren que las negociaciones podrían extenderse más allá de este plazo.
Además, incluso si se alcanza un acuerdo, la implementación y verificación presentarán sus propios desafíos. La experiencia del JCPOA de 2015 demuestra que los acuerdos internacionales pueden ser frágiles, particularmente cuando están sujetos a cambios políticos en Estados Unidos e Irán.
No obstante, el hecho de que ambas partes hayan continuado participando en negociaciones a pesar de contratiempos y provocaciones sugiere un interés genuino en encontrar una solución diplomática. Las presiones económicas que enfrenta Irán y el deseo de evitar un conflicto militar proporcionan poderosos incentivos para el compromiso.
El camino por delante: Qué observar
Mientras las negociaciones continúan, varios indicadores clave señalarán si es probable un acuerdo final:
1. La programación de una quinta ronda de conversaciones indicaría un impulso continuo y compromiso con el proceso diplomático.
2. Las declaraciones de funcionarios iraníes, particularmente del Líder Supremo Jamenei, proporcionarán información sobre la disposición de Teherán para aceptar la propuesta estadounidense.
3. La reacción del Congreso de EE.UU., que probablemente necesitaría aprobar cualquier acuerdo integral, será crucial para la viabilidad a largo plazo del acuerdo.
4. Las posiciones de las potencias regionales, especialmente Israel y Arabia Saudita, podrían influir tanto en el contenido de cualquier acuerdo como en su implementación.
Lo que está en juego en estas negociaciones va mucho más allá de la cuestión inmediata del programa nuclear de Irán. Un acuerdo exitoso podría potencialmente reconfigurar el panorama geopolítico de Medio Oriente, abriendo la puerta a una cooperación y estabilidad regional más amplia. Por el contrario, un fracaso en alcanzar un acuerdo podría conducir a mayores tensiones, potencial conflicto militar y una carrera armamentística nuclear en una de las regiones más volátiles del mundo.
Como declaró el presidente Trump durante su visita a Qatar: Espero que puedan ayudarme con la situación de Irán. Es una situación peligrosa, y queremos hacer lo correcto... porque cosas como esa comienzan y se salen de control. Lo he visto una y otra vez. No vamos a permitir que eso suceda. Las próximas semanas determinarán si esta iniciativa diplomática tiene éxito en prevenir tal resultado.
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