Moody's retira la última calificación AAA de Estados Unidos: Impacto en los mercados globales y su bolsillo

La caída de la última calificación crediticia perfecta de América: ¿Qué sucedió?
En un importante acontecimiento financiero que sacudió los mercados, Moody's Ratings rebajó la calificación crediticia de Estados Unidos de Aaa a Aa1 el viernes 16 de mayo de 2025. Esta histórica decisión despojó a América de su última calificación crediticia perfecta entre las tres principales agencias de calificación, tras rebajas similares por parte de S&P Global en 2011 y Fitch Ratings en 2023.
La decisión de Moody's, que llegó después del cierre del mercado el viernes, citó los persistentes desafíos fiscales que han afectado a la nación durante más de una década. La agencia señaló específicamente el alarmante aumento de la deuda gubernamental y los ratios de pago de intereses que ahora son significativamente más altos que los de naciones soberanas con calificaciones similares.
En su anuncio, Moody's declaró: Las sucesivas administraciones estadounidenses y el Congreso no han logrado acordar medidas para revertir la tendencia de los grandes déficits fiscales anuales y los crecientes costos de intereses. La agencia expresó escepticismo sobre que las propuestas fiscales actualmente en consideración logren reducciones significativas plurianuales en el gasto obligatorio y los déficits.
Entendiendo la rebaja: ¿Por qué ahora?
El momento de la decisión de Moody's es particularmente notable ya que se produce en medio de controvertidas negociaciones presupuestarias en el Congreso. Apenas horas antes del anuncio, la amplia propuesta de reforma fiscal del presidente Donald Trump no logró superar un obstáculo procesal clave en el Comité de Presupuesto de la Cámara. Republicanos de línea dura, que exigían recortes de gastos más profundos, bloquearon la medida en lo que los analistas describen como un raro revés político para el presidente republicano.
La rebaja refleja las crecientes preocupaciones sobre la trayectoria fiscal de América. El déficit presupuestario federal se acerca a los 2 billones de dólares anuales, superando el 6% del producto interno bruto. Moody's proyecta que este déficit se expandirá a casi el 9% del PIB para 2035, principalmente debido al aumento de los pagos de intereses sobre la deuda, el incremento de los gastos en derechos como Medicare y Seguridad Social, y una generación de ingresos relativamente baja.
Actualmente, la deuda total de EE.UU. ya ha eclipsado el tamaño de la economía en aproximadamente 36,2 billones de dólares. La Oficina de Presupuesto del Congreso advirtió en enero que el gobierno estadounidense está en camino de superar los niveles récord de deuda vistos después de la Segunda Guerra Mundial dentro de cuatro años, potencialmente alcanzando el 107% del PIB para 2029. Las proyecciones de Moody's son aún más preocupantes, sugiriendo que la deuda federal podría aumentar aproximadamente al 134% del PIB para 2035.

Reacciones del mercado e impacto inmediato
Los mercados financieros reaccionaron rápidamente a la noticia el viernes por la noche. Un fondo cotizado en bolsa que sigue el índice S&P 500 cayó un 1% en las operaciones fuera de horario, mientras que el Invesco QQQ Trust Series 1 ETF disminuyó un 1,3%. Los futuros del Tesoro cerraron en mínimos de sesión, y el rendimiento del Tesoro a 10 años subió hasta el 4,49% en medio de volúmenes de negociación bajos.
A medida que los mercados reabren en Asia el lunes 19 de mayo, los inversores se preparan para una posible volatilidad. La rebaja plantea el riesgo de intensificar las aprensiones de Wall Street sobre el mercado de bonos soberanos de EE.UU., especialmente mientras los legisladores discuten recortes fiscales adicionales no financiados y la economía parece estar preparada para una desaceleración.
Muchos analistas, sin embargo, sugieren que el impacto en el mercado podría ser contenido. Michael Lerner, estratega jefe de mercado en Truist, comunicó por correo electrónico: No creemos que esto sea un cambio de juego, sino una excusa para que los inversores tomen algunas ganancias. Este sentimiento hace eco de lo que sucedió después de las rebajas anteriores de S&P y Fitch, que inicialmente causaron turbulencia en el mercado pero finalmente tuvieron efectos limitados a largo plazo en los costos de endeudamiento de EE.UU.
Contexto histórico: No es la primera rebaja
Esta no es la primera vez que Estados Unidos enfrenta una rebaja de calificación crediticia. S&P Global Ratings fue la primera agencia importante en quitar a EE.UU. su calificación AAA en agosto de 2011, durante un polémico enfrentamiento sobre el techo de la deuda. Esa rebaja desencadenó agitación política y coincidió con una caída del mercado de valores vinculada a la incertidumbre fiscal y una crisis de deuda que empeoraba en la eurozona.
Curiosamente, los valores del Tesoro subieron tras la rebaja de S&P en 2011, con rendimientos que en realidad cayeron debido a preocupaciones más amplias sobre el crecimiento económico. Esta reacción contraintuitiva destaca la compleja relación entre las calificaciones crediticias y el comportamiento del mercado, particularmente cuando se trata de la economía más grande del mundo y emisor de la moneda de reserva global.
Fitch Ratings siguió el ejemplo en agosto de 2023, bajando la calificación soberana de EE.UU. en un escalón, citando el deterioro fiscal anticipado y las continuas negociaciones contenciosas sobre el techo de la deuda. Ahora, con Moody's uniéndose a las otras agencias, Estados Unidos ya no tiene una calificación crediticia perfecta de ninguna de las tres principales agencias de calificación por primera vez desde que Moody's comenzó a calificar la deuda estadounidense en 1917.

Consecuencias políticas y señalamientos
La rebaja ha desencadenado, como era previsible, recriminaciones políticas de ambos lados del pasillo. La Casa Blanca respondió afirmando que estaba dedicada a rectificar la situación de Biden, mientras también criticaba la credibilidad de Moody's. El portavoz de la Casa Blanca, Kush Desai, comentó: Si Moody's tuviera alguna credibilidad, habrían hablado mientras se desarrollaba la crisis fiscal de los últimos cuatro años.
El líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, declaró que la rebaja de Moody's a Estados Unidos debería servir como una llamada de atención para Trump y los republicanos para detener su imprudente búsqueda de recortes fiscales que aumentan el déficit. Sin embargo, añadió que no tenía muchas esperanzas de cambio.
Los aliados de Trump también han criticado la decisión. Stephen Moore, quien sirvió como asesor económico senior de Trump y ahora es economista en la Fundación Heritage, calificó la rebaja como indignante, cuestionando la noción de que un bono respaldado por el gobierno estadounidense sea cualquier cosa menos un activo de primer nivel. Mientras tanto, el director de comunicaciones de la Casa Blanca, Steven Cheung, recurrió a las redes sociales para criticar al economista jefe de Moody's, Mark Zandi, etiquetándolo como un adversario político de Trump.
Qué significa esto para consumidores e inversores
Para los estadounidenses comunes, una rebaja de calificación crediticia podría potencialmente llevar a mayores costos de endeudamiento en toda la economía. Cuando el gobierno paga más por pedir prestado, esos costos incrementados pueden cascadear a través del sistema financiero, afectando las tasas de interés en hipotecas, préstamos para automóviles, tarjetas de crédito y deuda corporativa.
Sin embargo, muchos expertos financieros sugieren que el impacto práctico puede ser limitado a corto plazo. El estatus del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial y la profundidad y liquidez de los mercados del Tesoro estadounidense significan que la demanda de deuda estadounidense sigue siendo robusta a pesar de las preocupaciones sobre la sostenibilidad fiscal.
Para los inversores, la rebaja sirve como un recordatorio de los desafíos fiscales a largo plazo que enfrenta Estados Unidos. Si bien las reacciones inmediatas del mercado pueden ser contenidas, los problemas subyacentes destacados por Moody's -aumento de la deuda, déficits persistentes y parálisis política- siguen siendo problemas estructurales no resueltos que eventualmente podrían llevar a consecuencias económicas más significativas si no se abordan.
Implicaciones a largo plazo y perspectiva global
Más allá de las reacciones inmediatas del mercado, la rebaja de Moody's plantea importantes preguntas sobre el futuro fiscal de América y su posición en el sistema financiero global. Si bien el dólar estadounidense sigue siendo la moneda de reserva mundial y los valores del Tesoro estadounidense continúan siendo vistos entre las inversiones más seguras globalmente, la rebaja unánime de las tres principales agencias de calificación señala una confianza erosionada en la gestión fiscal de América.
Maxim Bokh, subdirector de inversiones en Franklin Templeton Investment Solutions, comentó: Una rebaja del Tesoro no es sorprendente dado el persistente despilfarro fiscal no financiado que solo se espera que aumente. Los gastos de servicio de la deuda continuarán aumentando a medida que los principales inversores, tanto soberanos como institucionales, intercambien gradualmente Tesoros por otros activos de refugio seguro.
Este cambio gradual podría potencialmente llevar a lo que Bokh describe como una peligrosa espiral de empinamiento de los rendimientos estadounidenses, ejercer más presión a la baja sobre el dólar y disminuir el atractivo de las acciones estadounidenses. Si bien tales consecuencias dramáticas no son inmediatas, la rebaja representa otro paso en lo que algunos economistas ven como una lenta erosión del dominio financiero de América.
A pesar de estas preocupaciones, Moody's reconoció que EE.UU. mantiene fortalezas crediticias excepcionales, incluyendo la escala, resiliencia y dinamismo de su economía, así como el estatus continuo del dólar estadounidense como moneda de reserva global. La agencia también revisó su perspectiva sobre EE.UU. de negativa a estable, sugiriendo que no anticipa más rebajas en el corto plazo.
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